
EL RAPTO DE LO SUBLIME
Author(s) -
CARMEN LAGE VELOSO
Publication year - 2019
Language(s) - Spanish
Resource type - Conference proceedings
DOI - 10.4995/aniav.2019.9593
Subject(s) - sublime , humanities , philosophy , passions , art , art history , theology
El empirismo inglés revitaliza el concepto de lo sublime formulado por Longino. Los vínculos con la retóricas cuya finalidad es fascinar al oyente, sitúan esta categoría estética entre las más elevadas (hypsos) estrategias de seducción. Lo sublime eleva nuestra alma hasta el éxtasis, inhibe nuestro razonamiento y quedamos atónitos, horrorizados, nuestras facultades paralizadas, sumidos en un estado de abandono. Determinadas imágenes de la escatología cristiana, como las grandes machines de las cubiertas de los templos, perseguían un desprendimiento tal, una elevación hacia el límite, hacia lo inconmensurable. El primer pintor de Luis XIV, Charles Le Brun, encargado de todo el aparato propagandístico que rodeaba el absolutismo, ofrece en Les expressions des passions de l’âme una extensa taxonomía de las emociones humanas. No podemos evitar leer en el dibujo que dedica al ravissement (encantamiento o rapto), evidentes analogías con l´enlèvement ou ravissement de l’Église, anteriormente relatado. Vinculado con la asimilación de los signficantes exiliados, con aquello que produce vértigo, lo sublime funciona como discurso de legitimación del orden vigente y se sustenta en la entrega del sujeto. La corte dieciochesca no malgastaba sus recursos, profundamente conocedora de la importancia de las estrategias de la vigilancia y control. Lo sublime requiere individuos conmovidos, casi exaltados en éxtasis religioso, capaces de adhesiones fascinadas incluso ante los actos más horrendos. En La doctrina del shock, Naomi Klein describe la estrategia: para imponer reformas impopulares, se suele aprovechar algún estado de shock. Mientras los ciudadanos se recuperan del trauma se produce un proceso de de aceptación. ¿Y si no sucede espontáneamente ninguna crisis? La respuesta es terrorífica. Muchos autores hablan del papel clave de lo sublime en la legitimación de la modernidad y en la configuración del relato postmoderno. Su recuperación ¿responde a una nueva crisis de legitimación?