
¿Qué Puede Aportar la Terapia de Movimiento Inducido por Restricción a Personas con ICTUS?
Author(s) -
Andrea Beguiristain
Publication year - 2019
Publication title -
neurorehab news
Language(s) - Spanish
Resource type - Journals
ISSN - 2530-6006
DOI - 10.37382/nrn.octubre.2019.491
Subject(s) - humanities , philosophy , persona
Para comenzar, el ictus es una enfermedad cerebrovascular que se produce cuando no llega la cantidad necesaria de sangre al cerebro y como consecuencia, las células nerviosas que hay en dicho órgano no reciben oxígeno. Las personas que han sufrido un ictus pueden tener déficits motores, sensitivos, sensoriales, cognitivos, dificultades en la comunicación, alteraciones emocionales. Todos estos déficits impactan en la vida del paciente. La hemiparesia (disminución de la fuerza que afecta un brazo y una pierna del mismo lado del cuerpo) es uno de los déficits motores más frecuentes y conlleva dificultades en la realización de actividades como pueden ser comer, vestirse, peinarse, escribir, etc. Estas dificultades hacen que la persona que ha sufrido un accidente cerebrovascular disminuya el uso de su brazo afectado y como consecuencia, no lo integre en las actividades que realiza y aprenda a no utilizarlo, lo que se denomina “aprendizaje por desuso”.La Terapia de Movimiento Inducido por Restricción (TMIR) busca reintegrar el brazo afectado en el desempeño de las Actividades de la vida diaria y reducir el aprendizaje por desuso. Se define como una forma de terapia de rehabilitación que consta de tres componentes:Inmovilización del brazo no afectado con un guante o manopla durante el 90% de las horas en las que está despierta la persona; Entrenamiento intensivo del brazo afectado durante aproximadamente 6 horas al día durante 10 días;Estrategias de comportamiento para mejorar tanto el cumplimiento como la transferencia de las actividades practicadas en el entorno clínico al entorno familiar del paciente. Muchos estudios han demostrado que gracias a la TMIR las personas que han sufrido un ictus han obtenido mejoras en la función motora, la destreza manipulativa y la cantidad y calidad de uso de la extremidad afectada percibida por el paciente. A pesar de que un gran número de estudios ha demostrado la eficacia de la TMIR, la alta intensidad de sus protocolos compromete el cumplimiento del tratamiento y puede ser física y mentalmente agotadora. Además, su aplicación se restringe a pacientes sin alteraciones cognitivas graves y con hemiparesia leve, que solo representa aproximadamente el 15% de todos los casos de accidente cerebrovascular. Debido a estas limitaciones, varios estudios han probado variantes de esta terapia con protocolos de intensidad reducida, dando lugar a una Terapia de Movimiento Inducido por Restricción Modificada.Terapia de movimiento inducido por restricción modificada no incluye los tres componentes explicados anteriormente, solo el entrenamiento repetitivo con el brazo afecto combinado con la restricción de la mano no afectada mediante un guante o férula, y aplicado en dosis diferentes (menos horas de entrenamiento y de restricción pero mayor duración del tratamiento). Como conclusión, tanto el protocolo original como el modificado, la Terapia de Movimiento Inducido por Restricción, aportan múltiples beneficios a personas que han sufrido un ictus, entre ellos, la mejora de la función motora de la extremidad afectada y el desempeño de actividades de la vida diaria.