Crédito y habilitación en el valle del Yaqui, Sonora 1940-1965

En el proceso de construcción de un tejido productivo-empresarial en un espacio de base agrícola, como es el valle del Yaqui, en el estado de Sonora, tuvo su soporte financiero en el crédito habilitación o avío. El crédito a la agricultura surge, como cualquier otra fuente de financiamiento a la actividad productiva desde los años previos al nacimiento de una banca agrícola que contemplara la ley agrícola, el registro público de la propiedad y las sociedades organizadas por agricultores individuales con estrechos vínculos con el Banco de México y la banca comercial (Méndez, 2017, p. 130). El crédito otorgado por la banca de fomento y el privado, fue fundamental para el desarrollo de la agricultura en el valle del Yaqui. La Compañía Constructora Richardson en un inicio fungió con el papel primordial de buscar el fomento al desarrollo de la agricultura en el Yaqui hasta agotar los recursos financieros que le permitieran culminar el proyecto de siembra e irrigación. Después de la compraventa en 1928, el gobierno mexicano, a través del Banco Nacional de Crédito Agrícola, tomó la administración de la privatización de los predios del fraccionamiento a partir de 1933 hasta finalizar el proceso liquidador de la compañía Richardson en 1956. El Banco Nacional de Crédito Agrícola buscó la responsabilidad de subsanar las deficiencias financieras para la siembra y el riego. Los bancos privados por su parte, también buscaron la oportunidad de ofertar créditos al mejor postor. Es decir, al propietario de tierras agrícolas. Las agroindustrias extranjeras hicieron su pronta presencia. No solo acreditaron a los agricultores que sembrarían algodón, sino que con frecuencia, compraron las cosechas o un número determinado de pacas de algodón.