
“Estado/sociedad”: una anacronía regresiva
Author(s) -
Homero R. Saltalamacchia
Publication year - 2015
Publication title -
estudios sociales del estado
Language(s) - Spanish
Resource type - Journals
ISSN - 2422-7803
DOI - 10.35305/ese.v1i1.1
Subject(s) - humanities , political science , art
En el presente trabajo discutiré la pertinencia teórica y la conveniencia política de seguir distinguiendo “estado” de “sociedad”. No creo que sea fácil superar, en nuestro lenguaje, dicha dicotomía: como no lo es, por ejemplo, la que distingue cuerpo y alma. Pero, al menos, el intento servirá para saber qué afirmamos implícitamente al utilizarla. Por eso, al discutir la pertinencia actual de la misma sostendré que su uso ha conducido a prosopopeyas que poco ayudan a la comprensión de la complejidad social: “El estado hizo…”, “El estado viola…”, “el estado está presente”, etcétera; pero que, más aún, es uno de los basamentos de la hegemonía capitalista, en tanto: a) muestra al estado como una entidad (“El Poder”, liberal dixit) que se distingue y domina a una sociedad civil que se muestra como reservorio de asociaciones del más variado tipo, b) de ese modo, oculta que el estado es una relación que se dirime en todas las esferas de la vida y diluye la visualización de la principal forma de dominación, mostrándola como una simple sumatoria de productores que producen y/o intercambian mercancías junto otras asociaciones, que realizan diversas tareas de utilidad social; c) esa confusión permite a los sectores dominantes mostrarse como paladines de la sociedad civil y de la libertad frente al dominio estatal.Para dar algún soporte a esta interpretación, el trabajo se organiza del siguiente modo. En el primer apartado, haré una brevísima alusión a la literatura que hace del estado moderno una creación que emerge con las monarquías soberanas en Europa y que continúa hasta hoy; lo que me permitirá: 1) reclamar la necesidad de establecer las discontinuidades correspondientes, a partir del cambio de la titularidad soberana; y, 2) mostrar el consecuente anacronismo de la oposición entre estado y sociedad, de origen iusnaturalista, cuando la soberanía pasó a los ciudadanos, borrando las distancias existentes en la anterior formación estatal. Luego de esa discusión, el siguiente apartado promoverá el uso del concepto “estado” con referencia a las instituciones del estado/nación y, por ende yo proclamaré que el criterio principal de su tipologización debe el de las relaciones de fuerzas sociales que le dan forma en todas sus instituciones. Relaciones de fuerzas que se manifiestan, privilegiadamente, en la acción de los poderes electos (Ejecutivo y legislativo) y poderes no electos (Poder judicial y burocracias); pero también en las organizaciones no gubernamentales, cuyas principales corporaciones deberían ser consideradas dentro del derecho público, en aquellos aspectos de su actividad que impactan sobre la población.