La herencia de Monseñor Romero

Para recordar a Óscar Romero, el P. Sorge rememora su perl eclesial, y su evolución personal provocada por la cercanía del pueblo sufriente salvadoreño, más allá de los epítetos simplicadores de “conservador” o “progresista”. Su llamada “conversión” no fue más que una respuesta coherente a los llamamientos del Concilio Vaticano II. Es precisamente en ese contexto como hay que interpretar su herencia pastoral marcada por una concepción equilibrada de las aportaciones positivas de la teología de la liberación.