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El Barrio Belén de Bogotá: Resistencias pacíficas y culturales
Author(s) -
Helda Mercedes Martínez Campos
Publication year - 2021
Publication title -
mediaciones
Language(s) - Spanish
Resource type - Journals
eISSN - 2590-8057
pISSN - 1692-5688
DOI - 10.26620/uniminuto.mediaciones.17.26.2021.58-78
Subject(s) - humanities , art , political science
El barrio Belén de Bogotá es el segundo más antiguo de la ciudad después de La Candelaria (Cortés, 1982). A él se accedía, entonces, cruzando el Río San Agustín que descendía de la cordillera por la actual calle séptima o presidencial, siendo lugar de habitación de obreros e indígenas al servicio de españoles y colonos.  Belén hace parte de la localidad de La Candelaria, e igualmente, es un paréntesis en el corazón del corazón de Bogotá.  Un paréntesis, sí, porque a pesar de la renovación urbana que se inició en 1980 con la Corporación La Candelaria, seguida por el Plan Centro y los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), los habitantes de Belén conservan la esencia pueblerina que los caracteriza aun en el centro de la ciudad. A pocas cuadras de palacios, ministerios y batallones; del Palacio de Nariño y de San Carlos; del Ministerio de Hacienda y el de las Tecnologías; del Batallón de Infantería Número 37, o Guardia Presidencial.  Es decir: a pesar del neoliberalismo que nació después de la II Guerra Mundial, hijo del capitalismo y su efecto expandido por el mundo, la gentrificación, que consiste en la restauración de los centros urbanos a favor del lucro, del comercio, de la adecuación residencial para la clase media expulsando del territorio a los pobres que alguna vez los habitaron; Belén hasta ahora conserva muy buena parte de su esencia.  Allí, varias generaciones del mismo origen permanecen. Se conocen, se saludan, y en muchos casos son parientes entre sí. Conservan la esencia de personas sencillas y trabajadoras, en su mayoría con ganas de mantenerse habitando el territorio. No quieren irse a los extramuros de la ciudad. Por ende, es interés plausible difundir un empeño territorial, sin duda, afianzado en la conservación de juegos como la rana y el tejo, por ejemplo, que suman a expresiones artísticas ahora también viejas como la danza tradicional; todo, en busca de mermar la ambición de los constructores por degustar este bocatto di cardinale. Es decir, esta delicia particular que incluso han intentado sostener con la Marca Belén. La Marca: esa estrategia tantas veces usada, que nos remonta a Colombia es Pasión y ahora se actualiza con la Marca Colombia.

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