
PLURALISMO Y BUEN VIVIR UN CAMINO HACIA OTRO CONSTITUCIONALISMO POSIBLE
Author(s) -
Claudia Storini
Publication year - 2021
Publication title -
revista direitos sociais e políticas públicas
Language(s) - Spanish
Resource type - Journals
ISSN - 2318-5732
DOI - 10.25245/rdspp.v9i1.837
Subject(s) - humanities , political science , philosophy
La “crisis” actual, que no son sólo es la crisis de una fase del ciclo económico, o una crisis financiera o ambiental, una crisis que no sólo se identifica con la fase terminal del régimen capitalista de producción, es la crisis de una civilización. Una crisis que implica la crisis de la era moderna y de su paradigma; la crisis de un modelo de organización del conocimiento; la crisis del modo industrial de producción; la crisis de las modalidades de gobierno, el alejamiento de las posturas positivistas, la crisis de las verdades y de los valores absolutos, de las teorías abstractamente valida y de la puridad del derecho, entre otras.Crisis, un concepto que no sólo trae consigo aspectos negativos sino también aspectos positivos, pues una crisis siempre genera dos posibles caminos, aquel que conduce a la muerte, y aquel que guía hacia una nueva forma de vivir y pensar el mundo. Hoy se han abierto dos caminos frente a la crisis, el primero conduce a la conservación del ecosistema y consecuentemente de la especie humana, mientras el segundo lleva ineludiblemente al suicidio colectivo; el primer camino es el único que permite sobrevivir y es el que se ha llamado Buen vivir.[1]Una nueva alternativa que ha surgido en los países andinos, y particularmente en Ecuador y Bolivia, una alternativa que devuelve la esperanza a la pacha mama y sus hijos, entre ellos los seres humanos, una alternativa que permite la liberación y la descolonización, una alternativa a la lógica capitalista que únicamente ha generado brechas sociales y económicas entre los iguales.Giraldo busca explicar cómo las utopías contemporáneas quieren hacer un frente distinto a la proyección occidental moderna camino a la muerte, y ver en el buen vivir un ejemplo de ese frente. El buen vivir es un proyecto político latinoamericano, es la alternativa a la modernidad capitalista, es un concepto tomado de la cultura aymara y quechua, caracterizado por ser un arte que permite vivir en equilibrio y armonía con lo existente, pues no se puede vivir bien si los demás viven mal; es decir, el buen vivir es algo que no se reduce a las ejecuciones de proyectos gubernamentales, creación de ministerios especializados o articulado constitucional, es un proceso que implica luchas sociales y un cambio de paradigma.[2]La especie humana se acostumbró a no pensar por sí misma, sino en función de la cultura y estructura lingüística a la que pertenece; aceptar que el pensamiento no es un fenómeno individual ayuda a comprender la heterogeneidad de arquetipos ideológicos empleados para que las personas reproduzcan un determinado status quo, pero también sirve para observar el camino de toda cultura que no quiera cimentarse en los mismos postulados de la cultura que quiere superarse.[3]Culturas rebeldes para seguir manteniendo un pensamiento generalizado surgen en Latinoamérica, culturas que empiezan a abrir puertas del camino hacia el buen vivir. Culturas que buscan alejarse de los postulados capitalistas generando una nueva forma de convivencia humana en la diversidad y en armonía con la naturaleza. Culturas que buscan alejarse de la noción vulgar del tiempo, denominada así por Heidegger, basada en el olvido del pasado y un pensamiento dirigido a adquirir las expectativas implantadas por la sociedad como metas a alcanzar[4]. Culturas que quieren apartarse de vivir un presente en olvido del pasado y con visión permanente a un futuro común, un futuro de dualidades en que sólo existe lo bueno y lo malo. Culturas que buscan construir un futuro anclado en el pasado entrelazando las tres dimensiones de la temporalidad, esto es, el haber sido, el ser, y el advenir[5]. Y el camino para llegar a ello toma el nombre de buen vivir.Es legitimo pensar entonces que el buen vivir no es únicamente un estampado en papel, por lo contrario es un paradigma de profundas transformaciones, es la alternativa al encierro occidental, es un significado abigarrado de vivencias desde la diversidad y la igualdad, es nuestra esperanza.[1] Omar Felipe Giraldo, Utopías en la era de la supervivencia una interpretación del Buen vivir, (México D.F.: Editorial Itaca, 2014), 15.[2] Ibíd. 16, 17.[3] Ibíd. 23.[4] Martin Heidegger, el concepto de tiempo (Tratado de 1924). Barcelona: Herder, 2008.[5] Omar Felipe Giraldo, Utopías en la era de la supervivencia una interpretación del Buen vivir. 24, 25.