Presentación

A menudo se ha reprochado a los estudios teóricos de comunicación social la carencia de un objeto de conocimiento propio y, en consecuencia, señalado su oscura vocación para medrar en territorios vecinos. Pretender que este objeto sea <<la comunicación» es evidentemente una aberración epistemológica pues ni siquiera alcanza a ser una abstracción una de sus condiciones necesarias—.Es posible que esta objeción sea válida. Sin embargo, los aspectos en los que se multiplican los estudios sobre comunicación representan una riqueza material en el proceso de construcción de ese pretendido objeto (si es que en verdad no existe): como en la teoría de los fractales, la falta de orden es sólo aparente pues en algún lado debe estar la ley encubierta que ordene los hechos bajo un mismo principio.