z-logo
open-access-imgOpen Access
Reconocimiento arqueológico de la hoya del río Sinú
Author(s) -
Gerardo Reichel-Dolmatoff,
Alicia Reichel-Dolmatoff
Publication year - 1957
Publication title -
revista colombiana de antropología/revista colombiana de antropologia
Language(s) - Spanish
Resource type - Journals
SCImago Journal Rank - 0.296
H-Index - 7
eISSN - 2539-472X
pISSN - 0486-6525
DOI - 10.22380/2539472x.1790
Subject(s) - humanities , art
El presente trabajo ofrece los resultados de un reconocimiento arqueológico preliminar de la hoya del río Sinú, en el Departamento de Córdoba, y reúne la descripción de una serie de localidades investigadas en el curso de este programa. En una reciente publicación (Reichel-Dolmatoff, 1956) nos hemos referido en algún detalle a los resultados de nuestras excavaciones en el sitio de Momil, yacimiento localizado en las orillas de una de las grandes lagunas en el curso bajo del río Sinú. Faltan ahora por describir los resultados de las excavaciones en otros lugares de la hoya de este río, para incorporarlos en el futuro en un conjunto significativo para toda aquella zona de la Costa Caribe colombiana. Al dedicarnos ahora a esta tarea, estamos muy conscientes de las grandes dificultades que ella implica, así como de los muchos interrogantes que todavía permanecen sin contestación. Al entrar al estudio arqueológico de la hoya del río Sinú, pisamos terreno virgen, donde cualquier hallazgo, por insignificante que parezca por el momento, debe tratarse como si fuera único, irrestituíble y potencialmente una llave importante. Nuestro trabajo es, por consiguiente, esencialmente descriptivo, obligatoriamente descriptivo, puesto que estamos convencidos de que al ocuparnos de esta zona inexplorada, debemos primeramente establecer una base de hechos concretos, sin la cual ninguna teoría tendría validez. Que una tal labor descriptiva implique monotonía de expresión, repeticiones y en lo general cierta aridez de estilo, es inevitable. Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo por nosotros hasta la fecha, en el valle del Sinú, representan apenas un primer comienzo de exploración metódica de un área que probablemente desempeñó un papel de importancia en el origen y desarrollo de muchas culturas prehistóricas del Norte de Colombia. Al mismo tiempo, hay que reconocer que los materiales que discutiremos a continuación forman sólo una mínima parte de los vestigios de las culturas que antaño poblaron esta región. Todas nuestras conclusiones son, por consiguiente, altamente tentativas y apenas sugieren lo que futuras investigaciones deberán corroborar o corregir. La misma advertencia se refiere a la definición de nuestras tipologías cerámicas, que desde luego no son otra cosa que abstracciones personales, que según nuestro criterio se justifican como instrumentos metodológicos. En la organización y presentación de nuestros datos nos orientamos por tres grandes regiones que denominaremos Alto Sinú, Medio Sinú y Bajo Sinú, respectivamente (Reichel-Dolmatoff, 1956, 112), y trataremos de sus manifestaciones arqueológicas, no desde un punto de vista de una cronología cultural anticipada, sino agrupándolas en primer lugar por grandes áreas. Incluyendo a Momil contamos con un total de 30 sitios arqueológicos, en los cuales se efectuaron doce cortes estratigráficos y, por lo demás, sondeos y colecciones superficiales. Aparte del material de Momil, que consta de unos 360.000 fragmentos cerámicos, contamos con un material de ca. de 56.000 fragmentos y con 100 piezas enteras, como base de nuestras tipologías. En la descripción de estos materiales nos hemos guiado en buena parte por las normas establecidas por Shepard (1936; 1956). Los colores fueron definidos según Maerz & Paul (1950) y los valores de dureza con la Escala de Moh. Antes de entrar en materia quisiéramos dejar constancia de nuestros agradecimientos al Instituto Colombiano de Antropología, que patrocinó y financió parcialmente nuestras investigaciones. También es grato reconocer nuestra deuda de gratitud con las personas cuya hospitalidad y amistad pudimos apreciar en el curso de nuestros viajes por el Sinú. En Montería damos nuestros agradecimientos a la familia Dereix y al señor Teniente Coronel Jorge Mogollón; en Tierra Alta, al señor Octavio Gil Madrid y a don Rafael Anaya y su familia, dueños de la hacienda El Cabrero; en la zona de Betancí, a don Antonio y AIfonso Kerguelén, dueños de las haciendas La Torpeza y Castilleral, respectivamente, así como a don Manuel Echenique, dueño de los terrenos de Junquillo y Flamenco. En Lorica agradecemos las atenciones del Rev. P. Miguel Correa, y en la región de San Bernardo del Viento, a los señores Joaquín Pautt, dueño de la finca "Veremos", y a Gabriel Muñoz, de la Playa del Viento.

The content you want is available to Zendy users.

Already have an account? Click here to sign in.
Having issues? You can contact us here