
Iturbide: Funestos recuerdos del libertador de México
Author(s) -
María Del Pilar Iracheta
Publication year - 2021
Publication title -
korpus 21
Language(s) - Spanish
Resource type - Journals
eISSN - 2683-2682
pISSN - 2683-2674
DOI - 10.22136/korpus21202146
Subject(s) - humanities , art , political science
Durante los dos años sucesivos de su emancipación de España, entre 1821 y 1823, la figura de Agustín de Iturbide, estuvo a la altura del heroismo y ascendió prácticamente a la categoría de divinidad. La población puso su entusiasmo y esperanza en el autor de la Independencia, lograda de manera pacífica y negociada, a través de los Tratados de Córdoba y el Plan de Iguala. Pero,
luego de su fallido gobierno como Emperador de México, Iturbide abdicó al trono y partió a su exilio en Europa. Allá se enteró de un supuesto plan de reconquista de las colonias españolas, a cargo de los países que formaban la Santa Alianza, emprendiendo su regreso a México para prestar sus servicios en caso de que dicho plan sucediera. Sin embargo, desconocía que el Congreso había promulgado el decreto del 28 de abril de 1824, impulsado por el Poder Legislativo y avalado por el Ejecutivo, declarándolo traidor y fuera de la Ley a Iturbide, siempre que se presentara bajo cualquier título en algún punto del territorio mexicano; también fue declarado enemigo público del Estado. El 14 de julio de 1824 el bergantín inglés
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regresó a Iturbide a su Patria; desembarcó en Soto la Marina. El comandante de la guarnición federal, general Felipe de la Garza, a quien Iturbide le salvó una vez la vida, descubrió su llegada y le comunicó que, de acuerdo con el decreto de 28 de abril de 1824 del Congreso General, debía ser pasado por las armas inmediatamente.