Cualquiera atiende un parto

Se lee en Stoeckel: “El técnico consumado con las manos sucias, el técnico torpe con guantes de goma y el tocólogo ignorante son los tipos más peligrosos en Obstetricia”. Acos­tumbrados como estamos a oír la frase con que se encabeza este ar­tículo, hubimos de gastar mucho ma­gín para comprender íntegramente el pensamiento del Profesor berlinés; porque nosotros tenemos técnicos consumados, eso nadie podría negar­lo, a menos que se trate de resenti­dos a quienes el complejo de infe­rioridad perturbe y atormente. Em­pero estos técnicos, si en algo pue­den tacharse de exagerados es pre­cisamente en su fobia por lo séptico y hasta tal punto, que algunos han adoptado el saludo olímpico, a fin de no contaminarse con el apretón de manos. Como la función de los profesor  es enseñar, se supone que, quienes ejercen la clínica obstétrica habiendo tenido profesores —no fal­tan los autodidactas— han aprendi­do, a lo menos, lo necesario en asep­sia.