Discurso del profesor Rafael Ramírez Merchán como miembro honorario, fundador y expresidente de la sociedad colombiana de obstetricia y ginecología en la celebración de los XL años de su fundación

Prodigiosamente, este siglo ha visto albores de la Medicina Científica y la plenitud de su máximo desarrollo; nos ha correspondido, generación afortunada, prescindir de lo anticuado o aleatorio para acoger lo técnico, lo seguro, casi lo ideal. Nos ha correspondido instaurar la Medicina Científica, en reemplazo de la empírica o mágica . Todo lo anterior a este siglo relativo al estudio del hombre, en su anatomía, en su fisiología, en su íntima constitución, todas las investigaciones, los descubrimientos, las concepciones, las realizaciones tendientes al conocimiento a fondo de los fenómenos biológicos, así como a la conservación de la salud y de la vida, siendo inmenso, iba quedando poco menos que como piezas sueltas de un portentoso organismo cuya síntesis está culminando actualmente y pareciera indicar al despertar de la inteligencia humana aparentemente más limitada en todos los milenios anteriores. Para la Medicina, este acontecer se anuncia en 1846 con el descubrimiento de la anestesia y, vaticina lo insólito con Mendel Lister y Pasteur, casi en vísperas del Siglo XX . (1)