Hiperprolactinemia y esterilidad conyugal

La prolactina es producida por el lóbulo anterior de la hipófisis y regulada por el sistema nervioso central e hipotálamo. La hiperprolactinemia bloquea la acción gonadotrófica de las hormonas folículo estimulante (FSH) y luteinizante (LIH) provocando un retardo en la actividad cíclica del ovario, manifestada clínicamente por ciclos irregulares o permanecer asintomática, pero produciéndose invariablemente insuficiencia luteínica, que es evidente histológicamente en los endometrios pre-menstrual o menstrual, con ausencia o deficiencia en la reacción pseudo decidual, indispensable para la implantación del embrión, y de arterias espirales que desempeñan un importante papel en la placentación posterior.La depuración y a la vez popularización de las técnicas de radio-inmunoensayo en Laboratorio Clínico, han permitido verificar más investigaciones hormonales, derivándose de su conjunto valiosos aportes prácticos, pues las dificultades anteriores en las dosificaciones hormonales hacían que muchos conceptos permanecieran en el terreno de lo académico sin traspasar al terreno de la práctica. La prolactina permaneció durante tiempo prolongado, como indicadora de procesos inmorales en la silla turca y de su actividad lactoqénica. En el año de 1971 se reconoció en la prolactina sus acciones bloqueadoras en las hormonas gonadotróficas y es prácticamente desde dicho tiempo que toman auge sus determinaciones y múltiples aplicaciones.Sus niveles elevados se asocian con hipogonadismo tanto masculino como femenino, desarrollando sintomatologías larvadas, evidentes, o simplemente consecuentes como sucede en la mujer infértil asintomática, donde la prolactina está ejerciendo su función fisiológica anticonceptiva, sin producir lactancia.