Open Access
Un caso de neuro queratitis paralítica traumática
Author(s) -
Esteban Campodónico,
Juan S. Losno
Publication year - 2014
Publication title -
anales de la facultad de medicina. universidad nacional mayor de san marcos
Language(s) - Spanish
Resource type - Journals
eISSN - 1609-9419
pISSN - 1025-5583
DOI - 10.15381/anales.v5i0.10516
Subject(s) - humanities , art
Isidro León , de 38 años de edad , nacido en Tacna, es un robusto trabajador en el acomodo de carga a bordo del vapor "Urubamba" donde ha sufrido un accidente del trabajo, para cuyas consecuencias busca alivio. En la parquedad de datos que refiere nuestro enfermo hemos podido obtener los siguientes: "El 5 de octubre de 1919 estaba a bordo dirigiendo el acomodo de un cargamento de almidón, abajo de la cubierta y a estribor del barco, cuando en un momento dado, una lingada de ocho sacos de almidón, apoyada sobre mi cabeza del lado derecho, me comprimía fuertemente y me hacía inclinar violentamente a la izquierda, sobre la borda del buque; traté de huir de tan enorme peso, escurriéndome, protegido por la misma borda, de la que me serví también para salir hasta la mitad del barco, donde me creí librado. Recuerdo bastante el momento del accidente, pues me pareció sentir, en ese instante. que mis ojos saltaban, sensación horrible que no puedo describir; después de cierto tiempo (más o menos 10 minutos) fuí perdiendo la razón, sentí gran aturdimiento, zumbidos de oídos, me daba vueltas la cabeza y después quedé como muerto. Me cuentan mis compañeros que me salía mucha sangre aguada por la boca, nariz y oído derecho (por donde me ha continuado saliendo más tiempo que por la boca y nariz); que estuve largo rato tendido y el médico de a bordo ordenó que me pusieran hielo en la cabeza y que me trasladaran al Hospital de Mollendo, puerto en el cual estaba al ancla el buque. Al tercer día del accidente y cuando en el Hospital me hacían el lavado de oído, sentí como si despertara de un sueño profundo; y fué un gran sufrimiento para mí cuando quería hablar, porque no podía pronunciar bien las palabras, no tenía fuerza en mi mandíbula y la boca se me había torcido demasiado a la derecha, tanto que me parecía muy cerca de la oreja. Sin que me hayan hecho nada, poco a poco voy mejorando, pues antes no podía juntar los labios de este lado, por lo que me era difícil contener los líquidos en la boca, todo se escapaba por el lado derecho, cuando comía gran parte de los alimentos se acumulaban en este lado, teniendo que sacarlos con el dedo. Después del accidente no he vuelto a sudar en el lado derecho de la cara. Durante ocho 8 días tuve fiebre de 37° a 39°".