
Encefalopatías en la verruga peruana (Enfermedad de Carrión)
Author(s) -
Juan B. Lastres
Publication year - 2014
Publication title -
anales de la facultad de medicina. universidad nacional mayor de san marcos
Language(s) - Spanish
Resource type - Journals
eISSN - 1609-9419
pISSN - 1025-5583
DOI - 10.15381/anales.v39i1.10793
Subject(s) - humanities , medicine , philosophy
Se estudia en este trabajo, los síntomas y síndromes originados por la Verruga peruana (Enfermedad de Carrión) en el encéfalo y sus cubiertas. El Cuadro clínico es variado, presentándose síntomas aislados y síndromes definidos. Entre los primeros se anotan: el Temor, trastornos del tono muscular, sansitivos, sensoriales, reflejos y psíquicos. Entre los síndromes cerebrales, las formas: hipertensiva, convulsiva, piramidal, extra-piramidal, meníngea, psíquica, encefalítica, mixtas, asintomáticas y lesiones de algunos nervios craneanos. Además, localizaciones medulares y periféricas. Entre las formas cerebrales, las más frecuentes son la meningo-encefálica y la convulsiva. La anatomía patológica ha sido precisada por Encinas, Mackehenie y Weiss. Hay lesiones en los endotelios, trombosis oclusiva, tromnboageitis obliterante, presencia de nódulos glióticos, en todo comparables a los observados en la piel. Cualquier zona vascular del cerebro, puede estar afectada, dando como consecuencia los cuadros clínicos más variados. El tejido nervioso sufre concomitante o posteriormente a la alteración de los capilares. En lo tocante a la patogenía, la mayoría de las veces se presentan estos cuadros en la fase histioide sin erupción (Weiss) o "período intercalar". Las lesiones degenerativo-exudativas (asépticas) de los capilares cerebrales, su extensión y su situación, son los responsables de los variados cuadros clínicos neurológicos. Aún cuando el gérmen mucha veces no se encuentre, las lesiones anatómicas son características del proceso verrucoso. Papel de importancia asociado a las lesiones juega la anoxia. El tratamiento por antibióticos da buen resultado en los casos poco severos. La Bartonella bacilliformis es sensible a todos ellos (Penicilina, estreptomicina, aureomicina, cloromicetina, terramicina, iloticina) y su empleo permite controlar la infección bartonelósica y mejorar pari passu el cuadro nervioso, cuando las lesiones no son muy extensas y en órganos vitales. Debe añadirse a la terapéutica, las vitaminas B1 y B12 así como el extracto hepático.