Tumor del mediastino?

Por una de aquellas coincidencias que con tanta frecuencia ocurren en el ejercicio de la clínica, nos toca hoy, al inaugurar nuestras labores del presente año, estudiar un enfermo exactamente comparable al que nos sirvió el año pasado, en idéntica oportunidad. Si alguno de los señores que hoy me escuchan, vió a ese enfermo, siguió su evolución y contempló las piezas anatómicas que de él se extrajeron, convendrá en esa casi perfecta similitud objetiva, que hace del presente caso un ejemplar clínico muy interesante, que despierta la mas viva curiosidad y cuyo preciso diagnóstico no es tan sencillo como podría creerse. Ya en la lección del año pasado, les decía que estos casos no son raros entre nosotros y el que habla ha tenido la ocasión de observar alrededor de veinte. La apariencia de ellos, es casi siempre mas o menos semejante, y su sentencia de muerte, con una sola excepción, es invariablemente inexorable, sin que valgan para remediarla ni la precocidad posible del diagnóstico, ni los maravillosos adelantos de la cirugía.