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En este trabajo se aborda una revisión de la figura de Juan Cortés\udde Monroy (1584-1653), quien tras 15 años de servicio en la guerra de Chile,\udacompañó a su padre, el maestre de campo Pedro Cortés, a Castilla, para\udabogar por el fin de la guerra defensiva. Desde 1613 desarrolló una intensa\udactividad en la Corte para procurarse las mercedes de las que se consideraba\udacreedor, por sus años de servicio y, sobre todo, por los más de 60 que su\udpadre había dedicado a la guerra chilena. En esa estrategia, aprovechando\udlos nuevos vientos de la política «reputacionista» de Olivares, se sumó a\udla tercera ofensiva por la vuelta a una guerra activa como único medio de\udaquietar a los indios chilenos, con un memorial en el que se proponían algunos\udremedios para asegurar una victoria que llevaba resistiéndose desde\udhacía más de medio siglo. Además de aportar precisiones significativas sobre\udsu biografía, se reflexiona sobre su proyecto, presentado en 1625, antes de\udpartir a cumplir con sus obligaciones como gobernador de Veragua, y las\udrespuestas aportadas en octubre de ese año, cuando ya estaba tomada la\uddecisión de volver a las hostilidades activas. Del análisis y la comparativa\udcon otras iniciativas desarrolladas desde el principio del siglo XVII, cabe\udconcluir que el memorial de Cortés, salvo en el empeño con que defiende la\udasunción de la dirección de la guerra por parte del Virrey del Perú, no ofrece\udninguna solución novedosa, ni aporta datos significativos que revelen conocimientos estratégicos dignos de tener en cuenta. En consecuencia, creemos\udque su memorial no fue sino una estrategia oportunista en su empeño por\udhacerse visible ante el Consejo y vencer, al amparo de los méritos de su padre\udy su abuelo, las resistencias para la obtención del hábito de Santiago,\udademás de un recurso para denunciar la injusticia con que se trataba a los\ud«viejos soldados» que, careciendo de «padrinazgos» suficientes en el Consejo,\udveían acabar su vida sin la remuneración debida a sus servicios.This study contains a review of the character and role of Juan\udCortés de Monroy (1584-1653). After 15 years’ service in the war in Chile,\udhe accompanied his father, grand master Pedro Cortés, to Spain to plead\udfor an end to the defensive war. From 1613, he worked intensively in the\udCourt to obtain the favours which he considered were owed to him, for his\udyears of service and especially for the more than sixty years that his father\udhad served in the Chilean war. Moulding his strategy in accordance with the\udnew «reputationist» politics of Olivares, he took part in the third attempt to\udplace the war on an offensive footing as the only way of pacifying the Chilean\udIndians. To this end, he produced a memorandum containing proposals\udto ensure the victory which had eluded the Spaniards for over half a century.\udThe memorandum not only provides concrete biographical information, but\udalso is a rumination on his project presented in 1625 before he departed to\udassume the governorship of Veraguas. It also contains the answers that were\udgiven in October of that year, when the decision to resume active hostilities\udhad been made. After analysing Cortés’ memorandum and comparing\udit with other initiatives from the beginning of the 17th century, we must\udconclude that it offers neither new solutions nor significant information on\udany strategic knowledge of special interest except in the determination with\udwhich he defends the leadership of the war taken by the Viceroy of Peru.\udThis memorandum was no more than an opportunistic strategy to attract\udthe attention of the Council of the Indies, and to profit from the merits of\udhis father and grandfather in order to overcome resistance to his appointment\udto the Order of Santiago. It was also a way of denouncing the unjust\udtreatment meted out to old soldiers who, because they lacked «godfathers»\udin the Council, ended their days without receiving the remuneration due for\udtheir services

Juan Cortés de Monroy y sus remedios a la guerra de Chile: un memorial oportunista