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Claire Marin acaba de publicar su último libro, titulado Rupture(s) (Ruptura(s)), en la editorial de L’Observatoire. Conviene recordar que la autora es antigua alumna de la prestigiosa Escuela Normal Superior (ENS), doctora en filosofía y miembro del Centro Internacional de Estudios de la Filosofía Francesa Contemporánea en la ENS. Es actualmente profesora agregada en el Liceo Anfred Kastler de Cergy-Pontoise. Entre sus obras más relevantes, es preciso citar Violences de la maladie, violence de la vie (2008), La maladie, catastrophe intime (2014) y Rupture(s) (2019). Asimismo, ha coordinado una serie de libros colectivos, tales como De la nature à l’esprit, introduction à la philosophie française du xixe siècle (2001), junto con Raynald Belay, L’épreuve de soi (2003) y Souffrance et douleur. Autour de Paul Ricœur (2013), redactado en colaboración con Nathalie ZaccaïReyners. Ha obtenido varios galardones, entre los cuales, figuran el Premio Literario de la Academia de Medicina 2008, el Premio Jean Bernard 2008 y el Premio Ética y Sociedad Pierre Simon 2010. En la introducción de la presente obra, titulada “Nuestras vidas están hechas de rupturas”, la filósofa indica que “la ruptura es un desgarro” (p.9). Ese desgarro se produce a lo largo de una vida común en la cual “las identidades de unos y de otros se han entremezclado tan estrechamente que nadie sabe dónde comienza y dónde se termina el otro” (p.9). La ruptura clara y limpia es imposible (p.9). Incluso rotos, “los lazos pueden seguir siendo sensibles, [como] fantasmas, testigos de una antigua vida. Permanece el rastro de todo lo que esta última ha inscrito en [las personas]”, ya que se ha infiltrado e incrustado en sus carnes, en sus pensamientos, en sus “maneras de entender y de ser” (p.10). En ese sentido, es imposible pasar página. “El inconsciente se encarga de [recordar] estos rastros fantasmáticos e imposibilita [cualquier] diversión” (p.10). Romper con su antigua vida, “es cambiar de manera de ver, pero también es cambiar de cuerpo, de forma. (...) La ruptura implica una profunda mutación, donde el cuerpo juega un rol central” (p.10). De hecho, “la ruptura es una experiencia física, corporal. [Se siente] ese dolor de la ruptura que es [sinónimo de] desgarro” (p.11). El momento más delicado acontece cuando se pierde a los seres queridos, a

Marin, C. (2019): Rupture(s). París: Editions de l’Observatoir