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Hay dos maneras de estudiar Ia historia del Derecho : una, a través de las diversas instituciones que han existido y de los hechos realizados; otra, a través de Ías mismas leyes y de su desenvolvimiento ideológico. En Ia historia de los actos libres del hombre existen dos factores de suma trascendencia: los hechos y las ideas. Cuando el modo de obrar, por diversas circunstancias, ha cambiado, insensiblemente también cambia el modo de pensar : los hechos han influido en Ia transformación de las ideas E inversamente, cuando las ideas van tomando nuevos rumbos, Ia vida del hombre empieza también a manifestarse con nuevas formas y nuevas actividades : las ideas han penetrado las acciones humanas. Aplicando este mutuo influjo de las ideas y de los hechos al campo del Derecho, podemos afirmar que no sólo los hechos humanos han influido en el desenvolvimiento de las leyes, sino que también éstas han r>enetrado todas las formas de Ia actividad social, dándole matices nuevos. Ejemplos de este mutuo influjo existen al por mayor en toda Ia historia del Derecho canónico. No tenemos por qué entretenernos aquí en esto. No hay más que recordar Ia gran influencia que en Ia Iglesia y en sus instituciones ha tenido, por ejemplo, el Derecho romano, y el que a su vez ha ejercido las mismas leyes de Ia Iglesia en Ia transformación de las costumbres y aun de Ia mentalidad del mundo romano. Es el influjo de las ideas sobre los hechos y de los hechos sobre las ideas. Descendiendo al punto que va a ser objeto de este estudio, Ia propiedad eclesiástica, en sus muy variadas vicisitudes, puede ser estudiada desde dos puntos de vista: o exponiendo los bienes que poseía y los despojos de que,ha sido objeto al correr de los años^ o bien siguiendo el desenvolvimiento ideológico de Ia idea desamortizadora tal como se presenta en las leyes que Ia han motivado y regulado en las diversas épocas en que ha sido aplicada. Vamos a seguir este segundo procedimiento, más original, menos co-

Vicisitudes de la propiedad eclesiástica en España durante el siglo XIX