La televisión, mano amiga y enemiga

La televisión, según algunos comunicólogos, no es buena maestra. Sin embargo, en general, los medios de comunicación, también contribuyen a afianzar en nosotros valores que, inculcados desde la escuela y la familia, nos hacen ser mejores personas. Lo que nadie duda es que estos, los mass media, considerados el cuarto poder, condicionan el comportamiento social y contribuyen a la creación de la realidad colectiva, especialmente en lo que respecta a las situaciones que no vivimos y que nos llegan a través de ellos. Para comprender esta breve reflexión, cómo la televisión puede ser al mismo tiempo nuestra amiga y enemiga, analizaremos en el presente capítulo los principales elementos que posibilitan todo proceso de comunicación y, por tanto, alimentan esa «relación amor-odio», objeto de gran debate en los últimos años.